Ahora tengo mi telescopio a seis mil quinientos kilómetros, y mi blog de astronomía y disparates cósmicos no va a tener actividades ni observaciones por una temporada. Se pasará el verano. Pero, ...puedo aburrir con otro asunto. Por casualidad, como a veces pasan las cosas, he conocido una teoría nueva sobre el calentamiento global. Viendo la tele. Su autor, Henrik Svensmark, es físico en el Danish National Space Center de Copenhagen y director del Centre for Sun-Climate Research at the Danish Space Research Institute (DSRI).
Que es físico, danés, y se dedica a estudiar el clima, así es más fácil. Svensmark ha estudiado los efectos de los rayos cósmicos en la formación de nubes y ha propuesto una hipótesis muy curiosa. El calentamiento global ya sabemos que tiene un origen, que está aquí, en la emisión de CO2, pero hay otro. Y se produce a mucha distancia de donde estamos. Tiene que ver con la actividad solar (claro, pero no como sería lógico pensar) y con partículas subatómicas que andan sueltas por el espacio.
Sea verdad o no, eso está por ver, su propuesta ha armado un poco de revuelo. Le han tenido muchos años sin poder publicar en revistas solventes. Le han acusado de negligente, irresponsable, desinformado, yo qué sé. Por último le han acusado de negacionista, diciendo que rechaza que la quema de combustibles fósiles provoque el efecto invernadero. Esto no es cierto y la verdad es que se le ve defendiendo su teoría, sin atacar a la otra, solo la contemplándola como un contribuyente adicional al calentamiento. Y de hecho lo que exactamente dice es que el efecto de la radiación solar debe ser bien entendida para comprender el fenómeno completo.
Polémicas aparte, ¿qué ha encontrado este señor que también puede estar contribuyendo al calentamiento global? Bien, el principal origen del calentamiento global se encuentra en una actividad que no tiene nada que ver con el ser humano (!) . Sus causas son naturales, y hay que buscarlas en el Sol y en las estrellas.
Los culpables son los rayos cósmicos. Son abundantes fuera de la heliopausa solar y aunque su origen está aún poco claro vienen de objetos muy energéticos de nuestra galaxia, supernovas entre otros. Son partículas subatómicas y sobre todo protones y partículas alfa.
Ahora, estas partículas cuando entran en la atmósfera producen trazas de material ionizado. Hasta aquí, bien. Sucede que estos iones actúan como núcleos alrededor de los cuales la condensación del vapor de agua se ve favorecida. Del mismo modo en que una cámara de niebla fue el primer método empleado por los físicos en sus experimentos para detectar las partículas radiactivas.
Entonces, a mayor cantidad de rayos cósmicos, más núcleos de formación de vapor y por tanto, más facilidades para la formación de nubes en alturas bajas, que crecerían a partir de esos núcleos ya condensados. Las nubes, en lugar de absorber el calor, lo que hacen es reflejarlo, de modo que cuanto mas superficie abarca esta cubierta de nubes y cuanto más densa es, mas radiación solar devolverá al espacio. Por tanto, mas frío. Si sucede la inversa, tendremos un calentamiento.
Básicamente, es eso.
Sabemos que el Sol evapora el agua y forma las nubes, pero afirma Svensmark, habrá mas nubes si la incidencia de partículas con energía para ionizar el aire es mayor. Su ecuación resumida diría, a menor incidencia de rayos cósmicos corresponde un calentamiento en la tierra. Y viceversa. Otra forma de decirlo, cuidado, es que la cantidad de nubes no es un resultado del clima, sino que el clima es resultado de la cantidad de nubes.
Centrándonos entonces en este mecanismo, hay dos factores que tienen efecto sobre la llegada de partículas cargadas a la atmósfera. Uno es que el sistema solar, en su movimiento por la galaxia atraviese zonas más densas en rayos cósmicos, y el otro es que la intensidad de la heliopausa solar sea mayor o menor, según sean de intensos los campos magnéticos en el sol.
El Sol tarda 230 millones de años en dar una vuelta a la galaxia. O por ahí, más o menos. En ese tiempo atraviesa por zonas mas ricas en estrellas jóvenes, y por otras más, digamos, aburridas. La densidad de rayos cósmicos es mayor en las primeras, coincidiendo con las épocas en que se encuentra viajando por cualquiera de los cuatro brazos de la galaxia. El movimiento orbital del sistema solar por la galaxia produce por tanto, abundancia o escasez de rayos cósmicos en la atmósfera de la tierra.
Por otra parte, la heliopausa solar es como una burbuja alrededor del sol. Y actúa como un escudo contra la entrada de rayos cósmicos. Al igual que el campo magnético de la tierra desvía las partículas del viento solar, el Sol desvía los rayos cósmicos, que son partículas cargadas en definitiva, impidiendo que alcancen a la tierra. De modo que cuando la intensidad magnética del sol aumenta, hay temperaturas medias mas bajas en la tierra.
Y estos son los dos factores que harían, actuando lenta pero implacablemente, que la capa de nubes radie hacia fuera o permita pasar al calor del Sol, regulando la temperatura media del planeta. Nada que el ser humano pueda cambiar, en este caso. Lo que hagamos con el petróleo simplemente se sumaría o se restaría de esta otra parte.
Luego hay que demostrar esto, y viene la hora del tratamiento estadístico de datos. Los datos son los que deber decir si el científico está en lo cierto. Debe encontrarse entonces una correlación en todos los registros a la mano que relacionen temperaturas medias en la tierra con la radiación recibida, y eso debe funcionar bien desde tiempos antiquísimos. Esto es difícil, pero hay por donde buscar para hacer cosas. Muestras de hielo polar, datos geológicos, análisis químico de meteoritos, carbono 14, braquiopodos fósiles, medidas del crecimiento de los anillos en los árboles, todo eso trabajando con inteligencia, y con imaginación, proporciona relaciones que según unos, avalan esta teoría. Para otros, no son suficientes o directamente no sirven para nada y son una absoluta pérdida de tiempo.
No quiero aburrir, a quien no esté ya suficientemente aburrido. Me dan ganas de seguir y creo que también puedo estropearlo todo. Me gustaría que fuese cierta esta hipótesis, y su desarrollo es bastante mas largo y mas bonito también. Yo no sé si lo que dice acabará siendo verdad o no, pero si no es verdad, la teoría es sencillamente hermosa. Puedo completar ahora el título de esta entrada. Se non è vero, è semplicemente bello. En lugar de quedar encapsulados en este mundo y en este rincón del sistema solar, nos hace formar parte de un ecosistema galáctico que estaría influyendo en lo que aquí pasa. Eso creo, y tiene una novedad que encuentro que hay que destacar. Nos aparta a los humanos de este juego. Es como si dijera que esto funciona con seres humanos o sin ellos. Ya he contado en otra parte como el ser humano se porta como un egocentrista a traves de todas la épocas. A mi modo de ver, desde luego. Parece que hay que ser escéptico, enseña la experiencia, en cada ocasión que eso sucede. Puede que nos guste vernos como los culpables del cambio climático. Nos convierte en poderosos. ¿Y si al cosmos no le parecemos tan importantes, después de todo?
La hipótesis es políticamente incorrecta, y hay un apoyo establecido hacia la teoría del calentamiento global producido por gases de efecto invernadero de origen antropogénico. En cualquier caso, no se trata de despreciar los efectos de los gases de efecto invernadero, El resultado puede ser producto de los dos factores conjuntos. O no, yo que sé. A mi modo de ver, de nuevo, lo anterior, y a la espera de que los científicos terminen de pelearse, es una bonita teoría. Vaya humildemente una bienvenida de mi parte y al final, sea cierta o sea falsa, la verdad siempre va a salir a flote. Habrá servido en cualquier caso.
Hay un vídeo e información en Internet suficiente para aquél que tenga mas curiosidad. El vídeo lo pongo aquí, es en inglés, y muy largo. Pero si lo anterior a usted también le parece atractivo, tenga algo para picar, y simplemente disfrute.
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