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sábado, 28 de enero de 2012

#26.- Desvarío. Mi afición.

Cuatro de la mañana.
Envuelto en la sombra de la luna,
vi tu imagen tomar forma.
Envuelto en la sombra de la luna,
las estrellas eran luces en la noche plateada ...
Mike Oldfield, Moon Shadow.

¿Yo...?

Pues yo me encuentro una persona muy normal. Antes tenía una novia, yo estaba encantado con ella, la quería mucho, lo pasaba muy bien cuando estábamos juntos y jamás se me pasó por la cabeza hacerle daño. Solo quería tenerla contenta.

Nunca me pidió que dejara de subir a observar por las noches. Ni yo le pedí tampoco que se subiera conmigo. Yo sabía que aunque se lo pidiera, esta afición a ella no iba a gustarle tanto como a mí me gusta. Lo que no podía imaginar es que sin yo esperarlo, mi afición, eso mismo, al final iba a ser el motivo por el que iba a dejarme. Me pilló por sorpresa. Yo lo encuentro un poco exagerado por su parte. Pero si tengo que elegir entre mi afición y ella, no te lo vas a creer. Me he dado cuenta de que ya no la echo de menos.

A mi me gusta observar de noche, y a veces pienso que no he sido yo quien ha elegido esta afición, sino que ha sido ella la que me ha elegido a mí, tales son los impulsos que siento a veces.

Con todo, y con toda la pasión que le pongo, solo soy un aficionado. Como decía un torerillo joven el otro día por la tele, "esto no es un medio de vida, esto es una forma de vida". Quiero formar una asociación, con otros que quieran ir como yo, aprendiendo y disfrutando, observando, podemos hacer otras actividades también, conectar con otras asociaciones, yo qué sé, lo normal. Pero no encuentro gente que se apunte. De todos modos, lo sigo intentando. Es que tampoco somos tantos.

La mayoría de la gente no es como yo, y de eso me doy cuenta. Ellos viven la noche sin fijarse en nada. Es que no miran para arriba. Con tanta contaminación lumínica, comprendo que ni quieran darse cuenta. Yo soy partidario de quitar todas las farolas. Me siento feliz en la oscuridad. Y a ver, dime, ¿qué farola puede competir con la luz de la luna? dime...

Además no siento ninguna pereza a esas horas, y prefiero mi afición que salir a cenar, a bailar o a lo que sea. Muchos son los que salen y van por ahí sin prestar atención a la hermosura de la noche. Yo por el contrario creo que ya estoy empezando a no vivir durante el día. Ponerte a observar bajo las estrellas, por encima de los demás tejados, es  que me emociono solo de intentar explicarlo. Paso horas ahí arriba. Y no paso frío. Yo es que ni lo siento. Sé que vas a reirte, pero tengo una capa. Vale, ya nadie usa eso, pero deberían hacerlo. En fin, que cada uno haga lo que quiera.

Me sorprende lo poco que sabe todo el mundo sobre astronomía. ¿Como se puede vivir sin saber a qué hora sale, o en qué fase está la luna? Una cosa es ignorancia y otra despreocupación. La mayoría de la gente abunda en las dos cosas.

¿Mi equipo, dices? No, yo no tengo telescopio. Prefiero los prismáticos. Yo empecé mi afición, como casi todos, observando a simple vista. Poco después empecé a usar prismáticos, y ahí me quedé. Me parece una opción estupenda. Claro que se me ocurrió pensar en tener un telescopio, incluso estuve mirando los precios en internet, pero al final me di cuenta de que con eso no podría cambiar de lugar con tanta facilidad como lo hago ahora. Tengo varios emplazamientos preferidos para observar. Y cuando las condiciones no son buenas en un lugar, o no veo los objetos que quiero, cambio de sitio volando, me planto en otro observatorio, y sin tener que cargar con un equipo tan engorroso.

La otra noche, observando como de costumbre, vi pasar una joven por la calle. ¿Te ríes, pícaro? Te lo voy a contar. Era hermosísima. Venía por la calle abajo andando despacio y despreocupada. Ni se le ocurría mirar para arriba, ya te digo, van a lo suyo.

Te diré. Por supuesto no era la primera que pasaba pero ésta me atrajo tanto que me olvidé de todo lo demás. Dirigí a ella mis prismáticos y era perfecta. A la luz de la luna me pareció guapísima. Seguía andando y de pronto ví que la calle torcía a mano derecha y la iba a perder de vista. Cómo sería, que no me lo pensé. Dí un salto y me lancé desde el tejado sobre ella. Cuando me vió que le estaba cayendo encima, con mi capa flotando al viento y a contraluz con la luna llena, se quedó petrificada. Ni gritó. Ni se movió. Lentamente, muy lentamente, iba yo a clavar mis colmillos en su cuello, pero... ¿Por qué pones esa cara?

¿No te había contado antes cuál era mi afición?

No lo sabía, yo te lo hubiera dicho al principio, hombre...

 Bien, bien, ya no te sigo contando    ...pero...     ...¿te interesaría lo de la asociacion, al menos?...

Macho, pero es que nadie!




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