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viernes, 13 de abril de 2012

#30.- Nada. El treinta.

Cuidado con lo que deseas no sea que al final lo consigas, eso dicen. Hace tiempo que lo estaba deseando y al mismo tiempo y por lo que acabo de decir, también me lo estaba temiendo. Hoy me llegó la noticia y para lo bueno y para lo malo ha sido la que yo he estado buscando. Nada nuevo en medio de lo que estamos viendo, me marcho a trabajar en Brasil, qué le vamos a hacer, corren malos tiempos para los ingenieros por tierras de María Santísima. Y para más gente, ya lo sé, eso es mucho peor todavía.

Para mí tampoco es nuevo, y antes también había trabajado en Qatar y en Argelia, así que uno ya está un poco hecho a este trote. Creo que Salvador de Bahía es un sitio muy bonito y muy alegre. Voy con una empresa española, gallega, de gente que hace muy bien las cosas, y para un proyecto que para mí resulta enormemente atractivo e ilusionante.

Pero este es un blog de astronomía. Y desvaríos, de cuando en cuando. Y ahora viene desmontar cables, la montura, el telescopio, quitar polvo y guardar todo. Hasta la vuelta, nos vemos, ahora hay que hacer lo que toca, el palomar vacío y servidor en la gran puñeta. He pasado el día de subidón de alegría porque de verdad, soy de los que estamos teniendo las cosas cuesta arriba, pero ahora de pronto cuento con una oportunidad estupenda. Esta noche, ya relajado no tenía ganas ni de fiesta ni de dormir. Pretendía pillar el mínimo de alguna variable. Subo al palomar y bajo. Por supuesto que está todo nublado, y dale otra vez con el cielo de color naranja. Será un color muy bonito, pero qué tirria le voy a terminar cogiendo.

Hecha ya la renuncia, me fastidio. Porque fastidia, para mí el telescopio es muchas veces como la chimenea, cuando te pasas el tiempo embobado mirando el fuego, ¿alguien ha visto alguna vez algo en el fuego? o como en la playa viendo las olas ¿y en las olas? Registrar variables es un remanso de tranquilidad. Si me apuran, incluso aburrido. Las dobles son más de estar en movimiento. Nada en contra, a mí me gustan. Pero hay días que quiero unas variables. Eclipsantes, de las de tomar el mínimo o la curva de luz. Echar el telescopio a una variable de estas es como ir a pescar y mirar la caña. Si dejar de hacer tonterías es sentar la cabeza, pues subir a por variables es echarla para atrás un poquito, para dejar que descanse. Justo lo que yo estaba pensando esta noche. Pues está visto que no va a poder ser.

Entonces me he venido aquí. A escribir que echaré de menos el palomar de arriba. El de encima de mi casa, no éste. Además, ahora que se estaba acabando el invierno. Caramba, no lo voy a extrañar como a los hijos, la familia, los amigos o la gente de la calle, pero seguro que lo voy a echar de menos.

Lo echaré de menos poquito, pero muchas veces. Así está mejor dicho. Y una más por cada vez que no quiera ni dormir ni salir de fiesta.

Quiero acabar prontito. Se me ocurren tan solo dos cosas para cuando esté allí, porque los prismáticos, esos sí que me los llevo. Una, se me ha olvidado el método de Argelander. Dos, si me vengo quejando del cielo que tengo en mi pueblo, aquello, ...¿qué?


En fin, a mediados de la semana que viene ya estaré allí, para entonces ya veremos. A quien quiera, hasta la próxima y para todos, lo mejor.

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martes, 3 de abril de 2012

#29.- La Semana Santa y la Luna

Ya esta aquí la Semana Santa, y las vacaciones. Bien. Los aficionados encontraremos más tiempo para observar, lo que es fantástico, sobre todo para aquellos que lo que mas observan es la Luna.

Soy español y andaluz, aunque al contrario que la mayoría de mis paisanos, no suelo salir mucho para ver las procesiones. Cuando pienso en la Semana Santa hago planes de que así cuento con mas tiempo para el telescopio, y se me ocurre que tendré los focos de todas las iglesias de alrededor encendidos hasta tarde, lo que no ayuda, pero nunca me acuerdo de la luna llena hasta que no la tengo encima. La Semana Santa es una fiesta móvil y aquí, además del Vaticano quien decide la fecha en que debe celebrarse es la Luna. De modo que se hacen festivos los días para que siempre coincida con la luna llena.

Se sabe por los evangelios que la pasión de Cristo sucedió durante la Pascua judía, y como los primeros cristianos también eran judíos, la conmemoración cristiana de la resurrección coincidía con la Pascua. Los judíos celebran esta fiesta, que llaman el pésaj, para conmemorar la salida de los israelitas de Egipto. Según los arqueólogos modernos, aunque no están seguros del nombre del famoso faraón de las diez plagas bíblicas, calculan que eso fue hacia el 1.250 A.C. y según la tradición judía el éxodo sucedió durante una luna llena. De ahí viene todo. Y por eso el pésaj siempre coincide con la luna llena, el 14 de Nisan según el calendario judío, que está basado en el ciclo lunar.

Y ahora viene el detalle, los primeros cristianos lo celebraban con los judíos (aunque por diferentes motivos) fuese o no fuese domingo ese día. La cosa cambió el año 325, en el concilio de Nicea, donde se estableció que la resurrección debía celebrarse en domingo junto a otra serie de restricciones. Y la fecha se dio según el calendario Gregoriano. Los ortodoxos la celebran con el calendario Juliano y los días no coinciden la mayoría de las veces, pero la base del cálculo es siempre la misma. Se busca la primera luna llena después del día del equinoccio de primavera, y eso marcará la fecha del Domingo de Resurrección, que será el primer domingo siguiente. Por eso cada año la Semana Santa cae en un día distinto, siempre tendremos la luna llena en esa semana, y de paso habrá más astrónomos aficionados en la calle viendo los pasos.

La Fecha del equinoccio no es el problema, porque la Tierra es bastante regular en su órbita, pero la Luna lleva un ritmo distinto. Por tanto, el Domingo de Resurrección estará cada año más cerca o más lejos del 21 de Marzo, según su periodo (sinódico) de 29 días y pico. Las fechas de Semana Santa se repiten en idéntica sucesión con un periodo de 5.700.000 años, y la fecha mas frecuente para el Domingo de resurrección es el 19 de Abril. Esto último no lo he comprobado. Pero si no es verdad, tampoco creo que pase nada.

Al haber sucedido en Pascua, la Luna debía estar en la fase de luna llena. También se conoce lo que contó Pilatos a César en una carta, diciéndole entre otras cosas que el día de la crucificción, la Luna se tiñó de sangre. Hay estudiosos que entienden que el color rojo en la Luna pudo haberse visto si hubiese habido un eclipse, y han buscado los que pudiesen haber sido visibles en esas fechas desde Palestina. Es interesante. Hay uno que podría datar la fecha con exactitud, aunque para que fuese visible hay que apuntar algunas justificaciones.Y Jesús no tendría 33 años entonces pero tampoco estaría muy lejos. Puede ser. Yo no digo ni que sí ni que no.


Digo que en Semana Santa la Luna siempre estará llena. Es una fiesta móvil, como el Miércoles de Ceniza, la Pascua judía o el Ramadán. Hay voces que quieren fijar un día para eso y dejarlo así para siempre. Por ejemplo algunos profesores, que tienen que luchar cada año con un segundo y tercer trimestre de duración variable. Curioso que la Luna tenga que ver también con esto. Mi propuesta no creo que les vaya a resolver mucho las cosas. Yo propondría la primera luna nueva después del equinoccio de primavera, pero por ahora no espero que nadie me vaya a hacer mucho caso.

Este año de todos modos no van a ser buenas las noches para mucha gente. El cielo está de borrascas, y los telescopios, como los pasos y los penitentes, están casi todos a cubierto. ¿Decepción? Pues sí, pero al menos, que llueva fuerte. A cántaros. Mira que falta nos hace. Y ahora me acabo de acordar de una cosa. Es una canción que ya debe tener casi cuarenta años y que al oírla me ha parecido como si fuese de hoy mismo. Asusta un poco, con la que está cayendo, y no estoy hablando ahora de la lluvia. En fin, vale, pero que se arregle algo y también que se pase pronto. Y como siempre que acabo, para todos, lo mejor.




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