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lunes, 2 de enero de 2012

#24.- Planificación y lista de comprobación.

Sigo sin poder observar. Por ahora necesito el tiempo para otra cosa. Sin embargo tengo ratos durante el día que dedico a planificar observaciones, para cuando sea posible. Tengo curiosidad por sacar una curva de luz completa de IR Cas, una variable con la que estuve trabajando hace algún tiempo. Busco las ventanas de visibilidad de la estrella desde mi lugar de observación, me hago mis calculitos en una hoja Excel para no repetir observaciones de una zona de la curva que ya tengo, en fin, que ahora estaba yo haciendo planes.

Y caigo en la cuenta de que no se oye mucho a los aficionados hablar sobre esta cuestión, planificación, pero que es importante para quien quiera aprovechar bien el tiempo.

Sí que hablamos mucho sobre equipos, tecnologías y técnicas, y nos deslumbramos con lo que consiguen otros aficionados mejores que nosotros, y menos mal, porque gracias a esto vamos aprendiendo y conseguimos mejorar cada uno a su paso. De eso es de lo que se trata, pero de planificar las observaciones no oigo mucho. Y no me cabe ninguna duda de que todos los que nos enseñan sus magníficos resultados se lo han preparado bien antes de conseguir lo que fuese que se habían propuesto. No me los imagino improvisando cada noche, y dando resultados excelentes a la mañana siguiente.

Planificar es un entretenimiento con la astronomía que además se puede hacer de día. Y digo que también es entretenido. No todo es esperar a que oscurezca para empezar a enredar alrededor del tubo. Los latinos tenemos fama de improvisar mucho sin detener la marcha, y tengo comprobado que en general, es cierto. Pero también tengo comprobado que todo sale mejor cuanto mejor preparado lo tengamos. Se pueden consultar libros, planetarios, Internet, o los datos propios que cada uno tiene guardados donde y como le parezca. Y se puede pasar un buen rato, igual que planificando un viaje, una fiesta o una excursión con los amigos. Muchas veces se reduce a simular mentalmente lo que vamos a tener que hacer luego, y así no nos llevamos sorpresas de noche, cuando estamos cansados, con frío o sin tiempo para poner solución a los imprevistos. Deberíamos asegurar como mejor podamos que acabaremos con lo que queríamos traernos, y no de vacío. Pensemos en algo que hayamos comprado. Algún componente de nuestro equipo que conseguimos con un dinero que tuvimos una vez precisamente para eso. ¿Cuantas horas hemos pasado leyendo, enviando correos, llamando por teléfono, mirando páginas y páginas en Internet y exprimiendo todos los recursos que teníamos a nuestro alcance? Seguro que hemos planificado la compra y no lo hemos pasado mal por eso.

Observar con el telescopio no es un gasto de dinero, pero por qué no vamos a querer sacar el máximo partido del tiempo (escaso, y lo que es lo mismo, valioso) que podemos dedicar a una noche de observación.

En mi caso me dedico normalmente a las variables, pero cada uno tendrá los objetos que resulten más de su preferencia. Yo suelo empezar y esto es común para todos los objetos, por las condiciones de visibilidad. A qué hora va a salir por encima de una altura de 30º, por ejemplo, o a qué hora lo pierdo por detrás de una pared que me va a impedir seguir viéndolo. Qué tiempo tengo. ¿Será suficiente o no? Para esto me ayudo con mi programa planetario. Como simulador no tiene competencia. Hay una antena de televisión cerca de mi telescopio que me molesta bastante. Es la de mi casa, o sea que me callo y no protesto. Con el programa puedo saber si una estrella se va a cruzar con la antena y si es así, a qué hora. Lo miro en un momento, y a otra cosa. Después puedo dedicarme a buscar estrellas de comparación alrededor de mi variable de estudio. ¿Dónde centro el telescopio? ¿Las de comparación caen dentro o fuera del chip de la CCD?

Si estoy registrando tiempos de mínimo de binarias eclipsantes será necesario asegurar que alrededor de la hora estimada tengo una ventana de tiempo suficiente para registrar el evento. Y, ¿donde voy a tener la luna, me dejará o me arruinará las medidas?

Importante y muy fácil. Conocer la meteo prevista para esa noche. Viene bien saber si va a ser más o menos fría. Algunas páginas dan probabilidades de paso de nubes por nuestro lugar de observación. Y el viento. Mi refractor es largo, y con viento fuerte se mueve, hay que estar atento a las sorpresas por tanto. 

Mi montura es ecuatorial, y es necesario cambiar el tubo al lado Este si la observación es prolongada y la estrella nos cruza por el meridiano. A mí me gusta saberlo antes. Por fin, también debo tener en cuenta los tiempos de puesta en marcha y recogida del equipo, además de lo que tardo normalmente en hacer flats y darks porque luego me van a hacer falta. De todo lo anterior, y junto con más cosas, recojo datos y preparo las observaciones para luego en el telescopio hacer el trabajo de corrido y con el mínimo tiempo perdido entre interrupciones e improvisaciones. Básicamente esa es mi planificación.

Y si se me ocurre algo que no voy a poder saber hasta que más tarde esté al telescopio, lo anoto en la lista de comprobación. Esto es distinto de un plan.  Los pilotos de líneas aéreas tienen un plan de vuelo para cada viaje. Pero antes de empezar a volar, se repasan una lista de comprobación. Sin tantas complicaciones como los pilotos de los aviones, yo tengo también mi listita de comprobación, en la que quito o pongo según sea el caso, y hay cosas que siempre están. No encuentro exagerado tenerla. Si alguien la tiene o la quiere, pues es muy fácil pero cada uno pondrá lo que necesite. Yo contaré algunas cosas y otras no, porque de algunas me da vergüenza por lo tontas que pueden parecer. Y muchas son muy particulares, y son propias para el equipo o del software que estoy usando. Pero tengo anotado hasta lo más tonto. Es muy desagradable luego en la oscuridad y ocupado con otra cosa, enredarse y dar un tirón a un cable que he dejado descuidado y pasando por cualquier parte. O que todas las imágenes se estén grabando con los datos de cabecera mal, porque no he actualizado en el programa de captura la diferencia entre la hora local y la UT.

Y que no se me olvide sincronizar el reloj del PC con la hora correcta, en fin, cosas de este estilo. Cada uno lo que le parezca, pero es mejor empezar cuando ya están repasados los detalles.

Según voy cometiendo más fallos voy añadiendo cosas a mi lista. Las hay que me pasan a mí solo, y todos los demás están a salvo. Un día subí a la azotea donde tengo el telescopio, hay una puerta que normalmente tiene la llave por dentro. Cuando llevaba un rato, una racha de viento me la cerró con la llave del otro lado. Me quedé encerrado fuera. Encerrado fuera supongo que no está bien dicho, pero desde luego que no podía salir de allí sin jugarme el pellejo o sin acabar detenido por la policía. Si yo fuera Spiderman no se lo diría a nadie, pero vamos, creedme que no lo soy. En mi casa no había nadie en ese momento. Por suerte tenía el teléfono móvil en el bolsillo y decidí pasar el ridículo de llamar a alguien que viniese a sacarme. Ya no me pasará más. Está el primero de la lista. Aunque creo que si no estuviera tampoco me pasaría, porque desde entonces no cruzo esa puerta sin acordarme de aquello.

Otra vez me dejé el ordenador portátil a cargo del guiado y grabando imágenes cada cierto tiempo en una sesión que debía durar al menos tres horas. Me fui cuando estuve seguro de que todo estaba andando como es debido. El ordenador es portátil, ya lo he dicho, pero me había olvidado de enchufar el cable del cargador a la corriente. En la oscuridad no me di cuenta, y funcionó perfectamente hasta que pasó el tiempo, se acabó la batería y se apagó mientras que yo no estaba. Cuando volví ya estaba la sesión perdida. Otra cosa más, pues a la lista con ella. Si no, no estaría a salvo de que no vuelva a pasarme de nuevo. Y ojo con la configuración de las opciones de energía, en el panel de control, también es importante en los trabajos monótonos como los que yo hago. Si nos despistamos se nos va el ordenador a hibernar y no importa lo que esté haciendo. Se para. Lo digo, no porque me haga gracia decirlo, sino porque esto ya me ha pasado antes.

Todas estas cosas como mejor las evito es con la lista de comprobación. Se repasa en diez segundos, pero hacerla me llevó en su día algo más de tiempo. Necesité recordar todo lo que me había fallado antes, pensar lo que no ha fallado pero puede fallar, y como ni así voy a estar a prueba de fallos, cada vez que algo pasa que me haya arruinado la noche, me voy a escribirlo en la lista. Al menos que no se me olvide para otro día.

Siempre que hablo de errores me gustaría dar ideas que sirvieran para evitarselos a otros. Lo siento pero ideas mejores que estas no las doy porque no las tengo. Es normal que a los aficionados a la astronomía nos guste más enseñar los triunfos que tener que hablar de algún fracaso. A mí me gusta ver los éxitos de los demás, eso creo que nos pasa a todos.  Pero se aprende tanto hablando de lo que hay que hacer para que salgan bien las cosas, como de lo que no hay que hacer, para que no salgan mal.

Y entre col y col, lechuga. A veces me veo rompiendo mis propios planes. Es lo bueno que tiene un hobby, que estamos para pasarlo bien, y venía uno con la tarea pensada para binarias eclipsantes cuando me encuentro al rato entre cráteres de la Luna o en los satélites de Júpiter. Entonces es cuando me relajo más, me porto como lo que soy, español, de Jerez, y me abandono a la improvisación, digo a los planes que para mañana, y que no va a ser todo disciplina. De eso todo el mundo ya sabrá un poquito. Entonces no debo alargarme más, que he dejado de hacer mis planes para venir a escribir esto. Ya me voy. Si queréis, hasta la próxima.



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